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| UVEÍTIS |

¿Qué es la uveítis?

La úvea es la capa vascular del globo ocular, está situada sobre el iris, el cuerpo ciliar y la coroides. Las inflamaciones de la úvea se denominan uveítis. Las uveítis “anteriores” afectan al iris (iritis) el cuerpo ciliar (ciclitis) o a ambas estructuras (iridociclitis). Las uveítis “posteriores” afectan a la coroides (coroiditis), la inflamación de la coroides, algunas veces, puede afectar la retina que contacta con ella (coriorretinitis). Cuando se afecta toda la región uveal, se habla de panuveítis.

 

Suelen ser unilaterales y se dan mayormente en individuos jóvenes (20-50 años). La mayoría de las veces se desconoce la causa. Existen enfermedades relacionadas con la aparición de uveítis entre las que se encuentran: 

  • Infecciones como las producidas por los virus herpes zóster o el herpes simple, la sífilis, la enfermedad de Lyme, tuberculosis y por parásitos como la toxoplasmosis. 

  • Enfermedades inflamatorias sistémica, como la artritis reumatoide, el lupus, esclerosis múltiple, enfermedades inflamatorias intestinales, etc.

  • Tener una lesión ocular.

 

¿Qué síntomas presenta?

Los síntomas más habituales son:

  • Percepción de moscas volantes en la visión o miodesopsias.

  • Visión borrosa.

  • Ojo rojo.

  • Dolor en el ojo.

  • Fotofobia.

La uveítis anterior se caracteriza por su inicio agudo, con dolor, congestión, fotofobia y visión borrosa. Se dilatan los vasos del limbo (zona de unión de la córnea y la conjuntiva) apareciendo enrojecimiento pericorneal. El iris se vuelve congestivo, se hincha y exuda. Hay células y proteínas en el humor acuoso. En la superficie posterior de la córnea se aprecian unos finos depósitos blanquecinos, también pueden desarrollarse sobre la superficie anterior del cristalino. A veces en la cámara anterior se observa pus o sangre. El humor vítreo puede enturbiarse. La agudeza visual disminuye y la pupila se contrae dando lugar a miosis, reaccionando lentamente. Debido a que aumentan las proteínas en el humor acuoso se producen adherencias entre el iris y la cápsula del cristalino o entre el iris y la malla trabecular o la córnea.

 

La uveítis posterior es de aparición insidiosa, con fotofobia y dolor mínimos o ausentes. No hay enrojecimiento del ojo. La visión sólo se ve afectada si existe afección macular. En las coroiditis suelen estar afectadas las estructuras vecinas, el vítreo y la retina. Las lesiones activas se presentan como placas blanquecinas y amarillentas. Cuando el cuadro se resuelve las lesiones se pigmentan.

En la uveítis anterior, la mayoría de los cuadros duran de unos pocos días a unas semanas finalizando los síntomas con el tratamiento, pero es común que se presenten recaídas.

 

En la uveítis posterior, la inflamación puede durar meses o años y puede producir daño permanente de la visión, incluso con tratamiento.

Ambos tipos pueden producir complicaciones como el glaucoma (aumento de la presión del ojo), la aparición de cataratas (pérdida de la transparencia del cristalino), o la formación de nuevos vasos sanguíneos (neovascularización). Todas estas pueden necesitar tratamiento en el curso de la enfermedad.

 

¿Cuál es el tratamiento?

El tratamiento debe de realizarse de inmediato para evitar complicaciones de larga duración. La uveítis suelen ir asociadas a patologías sistémicas, es prioritario el tratamiento de estas y luego se actúa en el globo ocular. En las uveítis anteriores el tratamiento se basa en el empleo de midriáticos-ciclopléjicos (producen una dilatación de la pupila) asociados a antiinflamatorios. En las uveítis intermedias y posteriores el tratamiento consiste en inyecciones intravítreas. Cuando los pacientes presentan brotes frecuentes de uveítis es necesario el tratamiento sistémico. 

 

Si tiene problemas relacionados con la uveítis o quiere recibir información no dude en ponerse en contacto con nosotros. 

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